
"No se quedó
ese día y esa noche
ni miró por mis ojos
las cosas que pudo mirar.
No se nutrió del poema
y se fue tediosa
se quedó en silencio
con la vulgaridad
de la mentira.
Caminó y de a sorbos
sumó el aire nocturno.
Si uno faltó, faltó a la verdad,
a los dos, ante el otro,
a sí misma, nos humilló.
La calle estaba muda,
desapacible, fría,
y esa mujer partida,
una quedó en mí,
la otra se fue esa noche,
prostituida.
ese día y esa noche
ni miró por mis ojos
las cosas que pudo mirar.
No se nutrió del poema
y se fue tediosa
se quedó en silencio
con la vulgaridad
de la mentira.
Caminó y de a sorbos
sumó el aire nocturno.
Si uno faltó, faltó a la verdad,
a los dos, ante el otro,
a sí misma, nos humilló.
La calle estaba muda,
desapacible, fría,
y esa mujer partida,
una quedó en mí,
la otra se fue esa noche,
prostituida.
Norberto Aige Marinelli
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